Empedrado de Teloloapan, la mano del hombre tu huella borró

En la imagen se pueden ver el avance del empedrado de la calle Vicente Guerrero, a la altura del Castillo en año de 1908 aproximadamente.

Tus calles bien empedradas de belleza sin igual, daban hermosa fachada de una ciudad colonial.

Grato para mi es escribir algo que a muchos nos puede arrancar un suspiro, o un recuerdo, y que a otros les gustaría saber, algo del cual pertenece al pasado pero que alguna vez fue bello. No existen datos históricos de quienes fueron los iniciadores, ni cuando comenzaron esta maravillosa obra de empedrar las calles de la ciudad Tecampanera, lo que sí sabemos es que en primera década del siglo XX las calles que conformaban en aquel tiempo la pintoresca y antigua ciudad ya tenían el más bello empedrado con piedra de río o de arroyo de los afluentes que abundaban en la periferia de la ciudad.

En esta parte del estado de Guerrero, Teloloapan era motivo de decir “tus calles bien empedradas de belleza sin igual”

El empedrado de las calles de Teloloapan ayudaba también a conservar el clima que tanto ufanaba a los teloloapenses, de ahí que se le llamó “Teloloapan la Ciudad del Clima Ideal” ya que las lluvias humedecen la tierra. Pero la pregunta sigue, ¿quienes fueron los ciudadanos y autoridades que pusieron el empeño en acarrear y en acomodar cientos de toneladas de piedra de todas las formas y tamaños para embellecer las calles de aquella su ciudad? ¿quienes fueron los promotores de tal obra? ¿Que motivó a un pueblo con una población de aproximadamente 3000 habitantes a realizar dicha obra? ¿de quién la idea? Respetando su silencio y su recuerdo espero con ansia la respuesta, pero el tiempo que diluye los hechos y trasladó al olvido a los hombres, ha hecho su parte y ha propiciado que se pierda en el espacio la respuesta a mi pregunta, y hasta hoy nada se sepa de cómo fue posible empedrar una ciudad de calles retorcidas, de subidas y bajadas.

Estoy seguro eso sí, que fueron ciudadanos que amaron a su tierra natal, que amaban su cultura, la civilización, y sobre todo se amaban a sí mismos. Es indudable que el empedrado de las calles de Teloloapan que duró aproximadamente siete décadas del siglo pasado, además de embellecer la ciudad, hoy le dieran un espacio bien ganado como pueblo mágico, como pueblo de ensueño de esos que agonizan y luchan todavía por sobrevivir a su historia y a su pasado.

Texto publicado en redes por Servando Betancourt

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