El vocabulario en la región calentana posee una gran cantidad de palabras típicas generadas en esta bella área cultural, la palabra “cocho” es usual en los estados de Guerrero, Michoacán y suroeste del Estado de México. A continuación daremos a conocer una interesante investigación de antropólogos, historiadores y lingüistas acerca del origen y significado de esta muy cuestionada palabra.
En la época colonial cocho fue utilizado en el obispado de Michoacán como sinónimo de la amplia categoría: mulato pardo, que trataba de describir un determinado físico de mestizaje entre indigena y negro; entonces se hablaba de mulatos cochos, del “color cocho”. Cocho con el paso del tiempo perdió su referencia al ancestro africano; sin embargo, no se neutralizo como insulto que hace una referencia racial. En Michoacán, los cochos estuvieron en todo el obispado desde Jiquilpan en los límites con Guadalajara, a la Villa de Zamora, Chilchota uno de los pueblos de la Cañada.
En la actualidad el término es utilizado en la depresión del Balsas, al oriente del estado de Michoacán, en una porción del territorio de Guerrero (en los límites) que alguna vez formo parte del gran obispado de Michoacán, y en el suroeste del Estado de México.
Cocho es el sustantivo que se utilizan para referirse en segunda y tercera persona los que habitan la Tierra Caliente de Michoacán, Guerrero y Sur del Estado de México, no ha perdido del todo su connotación racial, se ha convertido en metáfora y se usa en el mismo sentido en el vale (por valedor), amigo o cuate que se aplican en otros lugares del estado. Es empleado también en masculino como en femenino, por ejemplo: las mujeres entre si son cochonas o cochas. Designa al ser y cuerpo del otro a ese que no soy yo, pero con el cual comparto espacios e incluso estoy emparentado, el “cocho”.
Mira, cocho, ese cocho, es empleado como una parte fundamental de la persona, incluso cada que se nombra a un sujeto distinto del yo. Con el paso del tiempo la designación de mulato y pardo se hizo más utilizada que en el Bajío central (donde está la capital del obispado) que la del cocho.
Tal vez durante la colonia cocho se empezó a emplear como metáfora para referirse al sexo de las mujeres. La valencia diferencial de los sexos se utilizó para crear una analogía entre la jerarquía social de las castas y el género, la dominación masculina vuelta “una construcción social naturalizada”, por efecto del poder, se asoció con la estructura social diferenciada; de esta manera, la violencia simbólica se materializo en la narrativa.
Así por exclusión, los “hombres” no eran aquellos “cochos”, y estos, se asociaron metafóricamente con aquella parte de la anatomía femenina que muestra la diferencia “natural”, los cochos, para tener una asociación las características de “lo femenino”, verbi garcia, de lo “inferior”, lo doblemente inferior en el origen étnico y en el género.
El empleo amplio de este sustantivo entre los residentes de la Tierra Caliente nos habla de este origen mixto indio y negro, prehispánico y africano que se extendió al resto de la población de la región, tal vez, en el siglo XIX con la abolición de las categorías socio raciales, las llamadas castas y por un proceso identitario que invirtió la valoración negativa del termino en ciertas circunstancias.
Fuente: ¡Guache cocho! La construcción social del prejuicio sobre lo terracalenteños del Balsas, DE AFRICANOS A “MULATOS COCHOS”, “COCHOS” Y “TERRACALENTEÑOS”, Jorge Amós Martínez Ayala.