En el año de 1947, época de la Segunda Guerra Mundial, llegaron a la comunidad de Apaxtla un grupo de norteamericanos con la finalidad de sacrificar el ganado de la región, bajo el pretexto de que había una enfermedad llamada “Fiebre Aftosa”; los ciudadanos de Apaxtla bajo presiones de los mismos aceptaron el sacrificio de dichos animales; después se trasladaron a Oxtotitlán para arrear a los suyos; pero los ciudadanos al no estar de acuerdo con dicha matanza se organizaron y convocaron a los pueblos vecinos como Tlanipatlan, Liberaltepec, y Xochipala, incluso algunos de la Tierra Caliente; lo cierto fue de que se reunieron como unos 2,000 hombres armados para resistirse ante esta determinación del Gobierno Federal, quien había comisionado al Gral. Adrián Castrejón para bombardear a dicha comunidad por su resistencia.
Cuando el General llega a Apaxtla manda citar a los ciudadanos de Oxtotitlán, asistiendo los señores Humberto Cuevas, Joaquín Miranda, Francisco Sotelo, Prof. David Vázquez, etc. algunos comentarios fueron; “Cayeron como pollitos”. Total, se entrevistaron con el Gral. Castrejón, quien les dijo: Ante su oposición al sacrificio de los animales, traigo órdenes de que si siguen en la misma postura bombardearía su pueblo. Los ciudadanos contestan: No nos oponemos, defendemos nuestro ganado porque no está infectado; ¡oiga! ¿Por qué tan drástica determinación? ¿ya se le olvido quienes le salvaron la vida y quien lo hizo General, si sabe?, cambio de opinión y sugirió que fuera una comisión de veterinarios a inspeccionar el ganado, sin antes protegerse y desinfectándose a la vez con cal y criolina. Pero mientras esto ocurría, en el cielo surcaban los aviones bombarderos esperando la orden para disparar sobre el pueblo, aunque este se encontraba con su gente mamposteada con sus armas.
Al mismo tiempo se encontraba en “Contlalco” una maquina abriendo cepas para sepultar allí supuestamente todas y cada una de las reses; pero en eso y al instante se aparece un señor montado en un caballo blanco diciéndole al maquinista que ya dejara de trabajar, para lo cual este le pregunto: ¿Oiga, y usted quién es? Yo vivo en la casa más grande de Oxtotitlán. Él se río y le dijo que estaba loco; entonces el del caballo salto en forma de cruz sobre la fosa, cuando al instante las piezas de la maquina fueron destruidas haciendo ruidos estrepitosos.
El personal allí reunido pretendió lanzarse en contra del caballero, pero este se perfilo hacia el desfiladero allí de inmediato desapareció, cuando representantes del Gobierno Federal y el personal de trabajo se asomaron en el abismo, creyendo que allí habría muerto, pero dicho personaje misterioso en esos instantes ya se encontraba en el cerro liso con la gente de Oxtotitlán.
Finalmente, el señor de a caballo desaparece de allí, para posteriormente aparecer en su nicho con su caballo sudado y él también. Después del milagro el día siguiente un grupo de personas entre maquinistas, ingenieros y médicos veterinarios llegaron a preguntar por un tal Santiago, pero nos dijo que vivía en la casa más grande de Oxtotitlán, y lo visitaron en la iglesia entre ellos se comentaron “es el” entonces le pidieron perdón y le donaron unos dólares. Pero uno de ellos no quiso entrar se quedó afuera, cuando esta persona quiso montar a su caballo trastabilló el caballo y lo piso, le rompió es zapato y el “ranfon” de la herradura se le clavo en el pie y así se fue y a los 15 días regreso en camilla a pedirle perdón cuando salió, salió caminando de propio pie.
Es la razón de que cada 26 de septiembre se celebra “El Día del Milagro del Señor Santiago Apóstol”, por lo ocurrido en esa fecha de 1947.